domingo, 14 de febrero de 2010

Jerónimo Zurita, pura Dinamita: cena de la quinta 1979

















Hola a todos. Como no podía ser de otra manera, la presente entrada está dedicada a mis amigos y compañeros del colegio Jerónimo Zurita, donde todos hicimos, presentes o no en la cena, los parvulitos y la E.G.B. entre 1983 y 1993. Un buen grupo de aquellos niños por esos años tuvimos la suerte de reunirnos de nuevo, gracias a Rubén Marín y David Gracia, los días 13 y 14 de febrero de 2010. Lo primero de todo debemos de agradecer el esfuerzo de David y de Rubén para que nos juntáramos y también fundamentemente a todos vosotros por haber sacrificado durante unas horas, especialmente en un día tan señalado como San Valentín, la compañía de vuestras mujeres y novias, de vuestros maridos y novios y de vuestros hijos para compartirlo con vuestros compañeros de colegio. Durante la fiesta, pude comprobar que más de uno no nos acordábamos de todos y estuvimos mirando antes las fotos de facebook para reconocernos de nuevo nunca mejor dicho. Siendo fiel a mi oficio, la fiesta comenzó a las 19:30 h en el Canterbury de Plaza Salamero, lugar en el que tuvimos la oportunidad de volver a vernos, reconocermos y también, como no, de volvernos a presentar en algunos casos. A continuación vino la cena, en la que aprovechamos para ir conversando e intercalando nuestras situaciones actuales con la rememoranza de nuestras batallitas en el colegio y en el viaje de estudios, última ocasión en la que todos juntos nos vimos. El tercer acto fue el baile en una sala con holgura, ya no tenemos edad para empujones, donde aprovechamos para terminar de beber, mover el esqueleto, bailar solos, acompañados y en grupo y para recordar de nuevo, en medio de la pista, el baile de "Saturday on night" que sonaba allá por 1993 y 1994. Finalmente llego la despedida, que como la bienvenida, fue escalonada y en varias fases. Al no quedarme con los últimos, tampoco puedo contar el final de la entrañable velada.

Si he de ser sincero, desde que llegué a casa mi cabeza no ha parado de pensar en cómo escribir las líneas que estáis leyendo si no os he espantado ya de aburrimiento. No obstante, su redacción ha sido difícil porque me han venido muchos sentimientos: alegría, felicidad, nostalgia, algo de melancolía y también emoción, los cuales me han puesto cierta complicación para seleccionar los momentos a recordar y las fotos a elegir, especialmente porque desearía que os gustara el post, aparte además de publicitar la consulta de mi blog. Me imagino que todos nos hemos alegrado de reunirnos y deseamos que esto vuelva a repetirse otra vez al menos una vez al año. A nivel personal, el reencuentro me ha supuesto una inmensa alegría y emoción que no creo que pueda medirse. En mi labor de Indiana Jones durante todos los veranos desde 1999, he aprendido que el tiempo lo destruye todo, incluso ciudades, pues me dedico a desenterrar lo que el tiempo ha ocultado, y a veces cuesta mucho encontrarlo. Al mismo tiempo, desde ese año también he aprendido, leyendo los documentos que nuestros antepasados aragoneses hicieron hace mil años en la zona pirenaica y prepirenaica, que la memoria vence al tiempo y el recuerdo de nuestros buenos momentos en nuestro cerebro, en nuestras cartas y en nuestras fotos impide que seamos pasto del olvido y nos otorga cierta eternidad. Es por esto por lo que yo estoy muy contento con nuestro reencuentro, puesto que si bien teníamos cierta sensación de no conocernos todos al principio, luego todos pensamos que no habíamos cambiado de aspecto y nos acordábamos prácticamente de todos tras estar un buen rato juntos. En consecuencia, es para estar muy contentos, pues, en un contexto actual en donde priman las cosas efímeras y superficiales, el recuerdo de ocho años todos juntos día a día ha vencido a diecisiete años de separación y diáspora, más del doble del tiempo que hemos estado juntos, el cual, por cierto, incluye un cambio de siglo y de milenio, con lo que aún le confiere más fuerza a esos ocho años juntos en el Jerónimo Zurita.

Así, valoro mucho con gran alegría y emoción que nos hayamos reencontrado de nuevo y sea la primera de muchas y también, en plano más individual, que por ejemplo Cristina dijera mi nombre completo nada más verme 17 años después y habiendo siempre ido a clases distintas; ella al B y yo al C. En conclusión, hay que repetir de nuevo. Incluso, he de confesar que durante más de un momento tuve la sensación de estar en 1993 y no en 2010, como si el tiempo no hubiera pasado. También os digo que este reencuentro quedará grabado en mi memoria para siempre como un día feliz cuyo recuerdo tenderá a levantarme el ánimo y la moral, junto con otros momentos inolvidables de mi vida, cuando me encuentre de bajón.

Bien, creo que ya es momento de abandonar el tono trascendental y filosófico y volver al tono informal que tiene este blog. Espero que no os haya espantado y os pido disculpas si os he aburrido por escribir tanto, la entrada más larga con diferencia de las más de 200 que tiene el blog, pero creo y siento que mis amigos del colegio lo merecen sobradamente.

Me despediré invitando a los amigos del Jerónimo Zurita a que buceen en mi blog y en los blogs que sigo, pues veréis un espacio dedicado a la música, a los programas de nuestras infancia como La Bola de Cristal y la Bruja Avería, a la gastronomía y a nuestras locuras arqueológicas, lo que espero que os diverta y os haga pasar un buen rato. Por último, espero y desearía que hayáis llegado hasta aquí y que os gusten las fotos y vídeo seleccionados, que al haber tanto texto, permite también que haya más fotos, los cuales ilustran y acompañan mi larga parrafada.

Muchas gracias a todos, me lo pasé genial.


miércoles, 10 de febrero de 2010

Aragoneses por el Mundo: Felicidades



Hola a todos. Ayer se cumplió el programa 100 de Aragoneses por el mundo, el espacio televisivo que nos cuenta las andanzas de nuestros paisanos por todo el mundo. En primer lugar, quisiera felicitar a todo el equipo de Aragoneses por el Mundo por hacer un programa tan ameno, emocionante en mucho casos y que permite ver a la vez lo que cundimos los aragoneses y los maravillosos paisajes que hay a lo largo y ancho de nuestro mundo. Una de las principales razones que me atrajeron del programa, que no lo ví desde el principio, aunque casi, es confrontar las experiencias de mis paisanos en el extranjero con las mías propias, pues, aunque poco tiempo, he tenido la suerte de vivir en Burdeos, ciudad que salió en esta temporada y a la que me gustaría volver en menos de dos años por una temporada larga si mis asuntos laborales marchan bien. Son muchos los aragoneses que han salido fuera de nuestras fronteras y quizás son tres las causas que impulsan a salir: el trabajo y las ofertas laborales que no puedes rechazar; el amor, que nunca sabes donde puede estar y donde lo puedes encontrar y también la necesidad de cambiar de aires por diversas causas, no encajar en la mentalidad española, desengaños amorosos o simplemente curiosidad por conocer gente y lugares nuevos. Volviendo al programa de celebración, me gustó mucho ver cómo los aragoneses en el exterior hicieron sus felicitaciones originales, ver cómo se han reintegrado algunos que han regresado y sobre todo contemplar como también el programa ha servido para dar apoyo financiero a algunas de nuestras monjas religiosas que realizan su labor en beneficio de los más desfavorecidos, de quienes deberían de aprender ciertos dirigentes de la tan arcaica y carca Iglesia española. Otro aspecto interesante también es ver si conoces a algunos de los aragoneses que han salido. En mi caso puedo decir que he reconocido a varios, aunque ninguno me pilla cerca en el plano familiar o amistoso. Los primeros conocidos que vimos fue en Sanghai, donde encontramos a un matrimonio en el que la esposa trabajaba con mi padre, erámos vecinos en el actur y mi madre era la niña de los niños, que ya estaban bastante crecidos. Los despedimos con 7 y 4 años y ya tenían 15 y 12 respectivamente. Aparte de esta familia, yo he reconocido a un compañero de francés, Demetrio, en Casablanca y a una compañera de la facultad llamada Rosa, que no me caía nada bien, en una de las ciudades de Italia que ahora no me acuerdo, Bolonia quizás. Sin embargo, mi hermano tuvo más suerte, pues de una de sus amigas de la carrera reside en Roma y salió también en el programa. Vi con especial atención el programa de Burdeos, como no podía ser de otra manera. En cuanto a los presentadores, he decir que los programas que más me gustan son los que hace Aitana Muñoz. Finalmente, me gustaría reiterar de nuevo las felicitaciones a todos por realizar este programa tan bonito. Os pongo una foto de todos los redactores, una de Aitana y la página web del programa.

http://www.aragonesesporelmundo.es/inicio.html