lunes, 4 de octubre de 2010

La boda de mis amigos Esteban y Mari Carmen: 02-10-2010




Hola a todos. Ayer tuve el privilegio de compartir la felicidad de dos mis amigos, que tuvieron el gran detalle de invitarme a compartir su alegría con el resto de amigos y familia de ambos, de Esteban y de Mari Carmen. Yo fui como amigo del novio, a quien tuve la oportunidad de conocerlo hace trece años, cuando un 1 de octubre de 1997 comenzábamos la carrera de Historia. Desde entonces siempre fuimos compañeros de pupitre hasta que acabamos la carrera y nuestros destinos se separaron parcialmente, pues Esteban fue por Historia Antigua y yo por Historia Medieval. No obstante, ambos hemos compartido un mismo itinerario: realizar una tesis doctoral, dar clases de historia de la Universidad de Zaragoza y realizar estancias conjuntas de investigación en la ciudad de Burdeos. Al mismo tempo, también compartimos excavación, con nuestro común amigo Jon, quien compartió habitación y piso con Esteban. Ayer sábado fue un día aleger para mi, pues se casaba uno de mis amigos, concretamente el cuarto. Además, lo hizo en una iglesia profundamente ligada a mi familia: la iglesia del Portillo, puesto que mi prima y yo comulgamos allí, mi prima se casó allí, mis primos han bautizado a sus hijos allí, siendo yo padrino de uno de ellos, y dos de mis amigos también se han casado allí. Conociendo a Esteban, me estuve acordando durante la ceremonia de una frase que me dijo hace 12 años cuando un día salíamos de clase. Concretamente me dijo: "Dentro de diez años tendremos ya una familia formada". Bien, Esteban ha cumplido con esa predicción y ayer fue el primer paso: el matrimonio. También estuve contento porque, conociendo lo religioso que es Esteban, se le notaba mucho que ayer era un día muy feliz para él, pues cumplía uno de sus sueños, comprometerse formalmente de por vida con la mujer que ama y delante de la presencia de Dios y de sus seres queridos. La sonrisa de oreja a oreja, típica de Esteban cuando está muy contento, denotaba ese estado de felicidad. Además, fue una ceremonia sobria, seria, nada aburrida y muy espiritual, sensación que acentuaba la excelente selección musical de estilo coral, que le daba también una gran solemnidad al acto, como merecía. Después vino la comida y la fiesta, que fueron tambien pausadas y tranquilas, pero también muy divertida y especialmente emotiva con un colofón que consistió, gracias al simpático y amable DJ, en el Canto a la Libertad de nuestro querido y añorado Labordeta y el himno navarro, una de las canciones favoritas de Esteban y que le dio un gran punto de emotividad a la ceremonia. En líneas generales, estoy muy contento porque Esteban tuvo un día perfecto como pienso que le gustaría: una ceremonia tranquila y festiva, pues es Esteban siempre ha pensado que la fiesta, la diversión y la felicidad son compatibles con la sobriedad, la elegancia y la moderación. Esteban y Mari Carmen, mucha suerte en la nueva vida que iniciáis y os deseo de todo corazón lo mejor, que seaís felices en esta nueva etapa, que no me cabe duda de que lo seréis, y que tengais muchos hijos que colmen vuestra felicidad. Asimismo, como buena gente que sois también estoy contento y orgulloso de que hayáis tenido suerte en el amor, pues sois dos personas geniales y que hacéis una gran pareja que Dios ha unido.
Muchas gracias por invitarme a compartir este momento de vuestra felicidad. Buen viaje de novios. Vuestro amigo, Robertito.


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