lunes, 18 de febrero de 2013

El gran dilema de nuestro Gobierno: reducir la deuda pública en recesión

Hola a todos. Esta entrada en mi blog pretende ser una carta abierta a nuestro presidente del gobierno, D. Mariano Rajoy.

Estimado D. Mariano Rajoy:

Yo no le he votado. No me he creído sus falacias sobre la creación de tres millones de empleo que propuso en la campaña electoral. Había que ser tanto para creer esas promesas en un contexto de crisis económica y con los grandes inversores bursátiles (los famosos mercados) atacando y especulando sobre base real contra nuestra elevadísima deuda pública. Ayer en El País, seguro que tuvo la oportunidad de leer el magnífico artículo sobre la deuda pública histórica de España, que en la actualidad, según los datos del Fondo Monetario Internacional se acerca al 90% de nuestro PIB, es decir, un nivel similar al de 1910, pero inferior también a los años finales del siglo XIX. Una mirada rápida al gráfico muestra claramente que los periodos de reducción del déficit vienen a coincidir con periodos expansivos de nuestra economía. En este sentido cabe destacar la neutralidad española en la Primera Guerra Mundial, que permitió reducir de forma importante nuestra deuda pública, los años del Desarrollismo del Segundo Franquismo pilotados por los tecnócratas vinculados al Opus Dei y la última etapa de crecimiento espectacular, pero también débil, que coincide con los gobiernos de D. José María Aznar y el primer de D. José Luis Rodríguez Zapatero. Bien es cierto, que durante las etapas socialistas en democracia ese déficit ha aumentado. Pero al menos, bajo el mandato de Felipe González hay que destacar la construcción del sistema de sanidad pública cuya ministra Ana Mato no está reformando de manera brillante quitando algunas medidas que para mí sí lo son. Y evidentemente, usted hereda le tendencia de la segunda etapa de Zapatero con la mala gestión del Plan E. Los datos muestran que sus políticas de ajuste, lejos de reducir el déficit, no han hecho sino disparar todavía más el aumento del porcentaje de nuestra deuda sobre el PIB. Repito que no le he votado, pero es usted mi presidente. A mi me gusta hacer críticas positivas y eso es lo que pretendo con esta carta abierta que le dirijo desde mi humilde blog.

En resumidas cuentas, y leyendo el artículo del citado periódico español, creo que su principal dilema es reducir la deuda en un contexto de recesión y sin pedir el rescate a Europa, el cual nos permitiría financiar de forma más barata nuestra deuda, pero también nos haría perder independencia económica, y visto lo que está sucediendo en Portugal, no creo que nos sacara la crisis ni redujera la deuda. Por eso, sin tener grandes conocimientos de economía, pero sí algunos dada mi condición de profesor de Ciencias Sociales, Geografía e Historia si se paran los recortes en educación.

La mayoría de los especialistas económicos que estoy oyendo en los medios de comunicación están argumentando que sin crecimiento es imposible reducir el déficit. De esta forma, usted tendría que realizar políticas económicas expansivas para relanzar la economía y que el Estado se beneficiara de esa regeneración de la actividad económica para aumentar su nivel de recaudación. Bien, eso como bien sabe tiene un problema: se ha de financiar mediante deuda pública dada la tendencia a descender los impuestos que se puso desde hace años para beneficiar a las rentas altas y mediante demagogia ganar votos de las clases medias y bajas.

Mi reivindicar una serie de medidas que se basan en la siguiente idea: reducir gastos y aumentar los ingresos. En primer lugar, y dado que las reducciones en sanidad, dependencia y educación, no le están dando resultados positivos, todo lo contrario, tiene la protesta de la población y la bajada en las encuestas de su partido, debería de meter la tijera en otras partidas.

Primera medida: eliminar y adelgazar el coste de la administración. Yo le propondría establecer una jerarquía de sueldos entre la clase política. En este sentido, usted, como máxima autoridad con poder práctico en nuestro país, debería de ser el político mejor pagado. Después deberían ir ministros, presidentes autonómicos y diputados nacionales. A continuación, alcaldes, consejeros y diputados autonómicos y finalmente concejales y resto de administración. También debería de eliminar la Federación de provincias y municipios. Cuesta dinero y no se le ve función práctica. Asimismo, debería de acabar bien con las comarcas con personalidad jurídica como Aragón o en su caso con las diputaciones provinciales como proponía su rival Pérez Rubalcaba. Tercer lugar y muy importante, reducir el número de asesores, así como su sueldo, que no debería de pasar de los 30000 € anuales. El sr. Carromero cobra 50.000 €. Finalmente, eliminar duplicidad de competencias.

Segunda medida: sacar a España de todas las guerras en las que está metida sin tener mayor interés geoestratégico. Por lo tanto, retire ya las tropas de Afganistán.

Tercera medida: elimine los gastos de representación y dietas. Con sus sueldos se pueden pagar las comidas. Comidas oficiales las justas y a poder ser lo más baratas posibles.

De momento me he centrado en recortar gastos de la administración pública, que creo que supondrían un importante ahorro en todas las administraciones. Eso sí, los partidos políticos deberían asumir el fin del clientelismo, que eso, claró está, no parece interesarles mucho.

Vayamos a los ingresos. No creo que sea necesario subir el IVA, sino las imposiciones directas y una mejor fiscalidad en las rentas del dinero y del capital.

Primera Medida: Subida de impuestos progresiva fija y no eventual para los ejercicios 2012 y 2013 como hicieron en 2011. Hagan permanente esa subida. Además, suban el porcentaje todavía más a las rentas altas que superen el millón de euros como está intentando hacer el gobierno de François Hollande. Yo ya no le digo que ponga un 75%, pero sí que se acerce al menos al 60%.

Segunda Medida: suba la imposición fiscal de las Sicav. Sin modificar el Decreto que desarrolla este instrumento de las grandes fortunas españolas, que como bien sabe es utilizado para pagar menos impuestos, suba la imposición a estas sociedades de inversión. La actual fiscalidad está en lo mínimo posible el 1%. Creo que al menos la debería subir hasta el 25%, cuando el decreto le deja subirlas hasta el 27%.

Tercera Medida: combatir la evasión de impuestos. No me parece bien que uno de los hijos de Jordi Pujol se lleve el maletero de billetes de 500€ al extranjero y eso sea legal pagando un 10% del dinero defraudado. Invierta en inspectores de hacienda que se dediquen a desenmarañar los entramados empresariales que, conectados con los paraísos fiscales, sirven para defrauda dinero al Estado. Obtendría mucho dinero.

Cuarta Medida: acabe con la economía sumergida. Ciertos estudios la cifran en el 25% de nuestro PIB, luego en el sector económico más poderosos de nuestra economía. Tome medidas penales para todos aquellos que defraudan o inverta en profesores para que eduquemos en la cultura del pago de impuestos y no en la de defraudar mediante pagos sin facturas que nos salen más baratos.

Estas mis modestas propuestas para que lleve a bien la reducción de nuestra deuda pública sin pedir rescate y sin realizar políticas expansivas. Que se nos vayan algunos ricos como Depardieu. Más tranquilos estaremos.

Si usted llega a leer esto, espero que tome buena nota de lo que propongo.

Cordialmente, Roberto Viruete Erdozáin.

Pd: ponemos el gráfico de El País publicado ayer 17 de febrero de 2013.

domingo, 3 de febrero de 2013

Homenaje a Ángel Sanz Briz y a todos los que lucharon contra el Nazismo

Hola a todos. El domingo pasado fue el día de las víctimas del Holocausto. Televisión española lo recordó con un breve reportaje en el que aludió a varios españoles que intentaron salvar a miles de judíos arriesgando sus propias vidas. Especial lugar ha de merecer entre nosotros un aragonés llamado Ángel San Briz quien, si bien luchó contra el gobierno legítimo de la República española, supo ser una buena persona y salvar a un buen número de judíos, la mayoría de descendencia española, arriesgando su persona en un momento crítico y dramático dentro de la historia de nuestro planeta. Fue, si no recuerdo mal, porque estoy hablando de memoria, allá por el año 1944, cuando el entonces joven diplomático aragonés comenzó a realizar gestiones, con ayuda de los países neutrales como Suecia y el Nuncio papal, con el objetivo de intentar parar esa masacre sin sentido que era el holocausto, en donde los principales perjudicados fueron personas de religión judía, aunque no los únicos, pues hemos de recordar también a los republicanos españoles. Hace poco, y basándose en un libro del ilustre periodista Diego Carcedo, Francis Lorenzo ha encarnado la vida de Ángel Sanz Briz. Su principal virtud e inteligencia fue lograr obtener de las autoridades húngaras, titeres del régimen nazi, un salvoconducto para doscientas personas con nacionalidad española y poner letras a cada número para así convertir esos doscientos salvoconductos en unos cuantos más para salvar las máximas personas posibles. Con ayuda de la embajada, comenzó a alquilar pisos a nombre de las autoridades españolas y así convertirlos en lugares españoles y por tanto a salvo de las autoridades filo-nazis húngaras. La otra gran baza legal que jugó el diplomático español fue utilizar el decreto de 1924 de la Dictadura de Primo de Rivera para conceder el pasaporte español al máximo número de judíos posibles. La interpretación de ese decreto decía que se podía conceder la nacionalidad española a todas aquellas personas descendientes de españoles, luego se veían beneficiados los judíos sefardíes, es decir, los judios españoles, pues Sefarad es España. Así pues, aparte quizás de remediar en parte esa injusta decisión de los Reyes Católicos, Ángel Sanz Briz, junto con el personal de la embajada, lograron salvar a un número importante de los descendientes húngaros de los judíos españoles expulsados de su Reino en 1492. No cuento con exactitud la historia porque en el artículo de Wikipedia y sobre todo en el libro de Diego Carcedo está mejor explicada. Simplemente dar las gracias a nuestro paisano Ángel Sanz Briz por todo lo que hizo para salvar a personas humanas de una muerte injusta. El Estado de Israel, independientemente de lo que sobre él piense, le ha concedido el Título de Justo entre los Justos. Nosotros, los aragoneses, no lo hemos olvidado tampoco, ya que tiene el instituto de Casetas dedicado a su nombre y una plaza en la ciudad de Zaragoza justo muy cerquita del pabellón Príncipe Felipe. Pero vamos, me parece a todas luces insuficiente. Ha habido muchas personas que con muchos menos méritos ha obtenido la máxima distinción que otorga el parlamento aragonés, sus medallas. Yo me planteo, no tendría derecho Ángel Sanz Briz, a tener una Medalla de las Cortes de Aragón a título póstumo por su entregada labor en favor de la salvación de vidas humanas en medio del conflicto armado más catastrófico de la Historia de la Humanidad. Este año se cumplirán 69 años de su hazaña y 33 de su muerte. Creo que bien este año o bien el siguiente, que se cumplirá el septuagésimo aniversario de su hazaña, serían unas buenas fechas para que los representantes del pueblo aragonés reconocieran la hazaña más importante que creo que un aragonés ha realizado durante su vida.