Hola a todos. Tras no haber podido escribir a tiempo mi punto de vista sobre la tercera y la cuarta etapa de la sexagésimo novena edición de la Vuelta a España, la presente, no falto a mi cita en la quinta. Ha sido una etapa interesante donde se ha trastocado algo el tradicional guión que suelen llevar las etapas de toda prueba ciclista de más de un día. La escapada que se formó estaba integrada por dos hombres: el prestigioso campeón mundial contrarrelojista, Tony Martin, y el corredor de Lotto Pim Lighart. El primero acabó por ceder, mientras que el segundo aguantó bastantes kilómetros más en cuanto a su lucha en solitario contra el pelotón. Sin embargo, esta vez el ciclista escapado no fue neutralizado por el trabajo de los equipos con sprinters, como suele ser habitual en una etapa que se consideraba propicia para una llegada masiva. Sí, fue el pelotón quien lo neutralizó, pero fragmentado. Me explico. Al coronar la ascensión a la última dificultad del día, y en el tramo final de la etapa, cuando restaban alrededor de unos 30 kilómetros, el equipo Tinkoff decidió mover la carrera aprovechando la dirección del viento que golpeaba parcialmente de forma lateral sobre los corredores. Comenzó a tirar muy fuerte en cabeza y, seguido también por Movistar, provocó un fuerte latigazo en el pelotón y su división en grupos. No obstante, la maniobra del equipo de Contador no tuvo premio en forma de eliminar teóricos rivales para la clasificación general. Al menos entre los que la prensa nombra de manera habitual. En este sentido, sí que se ha quedado cortado el canadiense Hesjedal, vencedor del Giro 2012. Pero ni Valverde, Quintana, Rodríguez o Froome cayeron en la trampa ni tampoco los hombres rápidos. Esto produjo la neutralización de Lighart. Así, el primer grupo del pelotón, al que dio alcance el segundo, se disputó la etapa en un emocionante sprint ganado por Degenkolb a Bouhanni, de forma que el alemán repite victoria, algo que de momento no han hecho ni el francés, ni el australiano, Mathews, líder de la carrera. Mañana es de suponer que habrá cambio en la general con la subida y llegada en alto de Cumbres Verdes, inédita en la Vuelta. Creo que hará diferencias porque, aparte de su dureza y del cansancio de los corredores, tiene un asfalto rugoso que con el calor hará más difícil la escalada. Como siempre, las fotos se han tomado del álbum del diario Marca.
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