No tengo el placer personal de conocerte, pero recuerdo tu pertenencia al Zaragoza en mi infancia y primera adolescencia. Siempre he guardado un buen recuerdo de ti. De época adulta como segundo entrenador de Víctor Fernández apenas guardo recuerdo. Me hizo mucha ilusión que vinieras aquí de nuevo, una de tus casas. Me he enterado hoy que has decidido marcharte. Siempre me han parecido muy buenas tus apariciones y planteamientos. Es una pena que uno de tus clubes, que sientes de corazón, no pueda disfrutar de ti. Te deseo lo mejor. Supongo que el verdadero problema de tu deseo de marchar radica en la postura censura e inquisitirial de los medios de Zaragoza. Lo primero es la salud. Muchas gracias por tu trabajo. Me gustaría a ver a las personas que te juzgan en tu puesto. Muchos ánimos u suerte. Mensaje de un verdadero zaragocista a otro zaragocista.
Hasta luego. Quiero guardar la ilusión de que regresarás.
1 comentario:
Donad sangre. Por favor.
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