Hola a todos:
Después de muchísimo tiempo en silencio, vuelvo a dar señales en este espacio personal que apenas ya nadie lee. En la centésimo décima (110) edición del Tour de Francia, hoy hemos asistido a una etapa que será recordada durante tiempo y digna de pasar a los Annales del Tour y a la leyenda de la carrera. En este Tour sólo había una contrarreloj, la de hoy, y muy corta, 22 km, pero con un trazado difícil y que no ha defraudado pese a la corta distancia. Me ha recordado a la primera crono del Giro 1992, de 29 km; con victoria de Induráin. En una carrera en la que hay dos ciclistas por encima del resto, su lucha eclipsa todo. Hoy nadie se acordará de Simon Yates, Pello Bilbao, que han hecho el mismo tiempo, o de Wout Van Aert, que tenía han el mejor tiempo. Han hecho una gran contrarreloj. El belga, además, dando una lección de regulación de esfuerzo para ir de menos a más. Sin embargo, los dos últimos vencedores del Tour, Pogacar y Vingegaard son de otro mundo, como en su día Merckx o Induráin. Pogacar ha pulverizado la marca de Van Aert, pero es que Vingegaard le ha sacado 1'38" a Pogacar. Este parecía mejor al inicio frente al peculiar pedaleo del danés, defensor del título. Sin embargo, el primer punto intermedio nos ha anunciado lo que iba a pasar. Un déjà vu de hace 30 años entre Rominger e Induráin. Pogacar era Rominger y Vingegaard el villavés. El danés ha hecho la crono de su vida hasta el momento. Pogacar ha debido sentir lo que su paisano Roglic cuando el mismo Pogacar le ganó el Tour de 2020 en la última crono. Ante la igualdad de ambos en la montaña, está claro que Vingegaard tiene algo de colchón y Pogacar debe hacer algo para recuperar su elíseo trono de 2020 y 2021. Mañana y el sábado, decimo séptima y vigésima etapa, veremos el desenlace final. Por el momento, la balanza se inclina a Jutlandia y no hacia el norte de los Balcanes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario