Hola a todos de nuevo. Como la temporada deportiva ya comienza a venir, también la entradilla de mi blog comienza a cumplirse. Supongo que casi todo el mundo sabrá que Lance Armstrong, el heptacampeón del tour y dilapidador del record de Induráin, ha vuelto al ciclismo. Quiere ganar un octavo tour, pero lo veo muy chungo. Si lo ganara, habría tongo. Pues bueno, al final las cosas quedan en su sitio y resulta que ayer el amigo Armstrong no tuvo la suerte que le acompañó participando una vez superado el cáncer chungo que tenía. Se cayó y se rompió la clavícula, lo que significa dos meses sin estar a tope, luego se complica seriamente sus opciones, si es que las tenía, de ganar el Tour. Nunca me he pronunciado sobre la vuelta del Armstrong. No voy a negar que nunca me ha terminado de gustar su estilo arrollador y acaparador, pero hay que reconocer que ha sido el mejor durante muchos años. Además, logró una cosa que ninguno de sus compañeros egregios como Merckxx, Induráin, su compatriota Lemond y otros muchos no consiguieron, retirarse en la plenitud de sus victorias. Aún recuerdo la triste imagen de Induráin abandonando en la Vuelta a España o las llegadas de Lemond en el último autobús de los sprinters. Armstrong se retiró como campeón del Tour, creo que volver será empañar su carrera, pues ya no está al nivel, no tiene edad de competir con jóvenes de 26 a 30 en plenitud por mucho Armstrong que sea. En la vida real no funcionan las fantasmadas de Rocky Balboa. Cada uno con lo suyo. El sabrá por qué ha regresado.
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