Hola a todos. Después de un fin de semana deportivo en donde hay que aprovechar a descansar, también nos ha dado tiempo a ir animar al Mann Filter y poder así continuar con las secciones y contenidos de nuestro blog. Tras la previsible derrota a prior en Valencia ante el Ros, confirmada de manera algo escandalosa, nuestras chicas de baloncesto recibieron el sábado en casa, en el Pabellón Siglo XXI, a Hondarribia de Irún, que estaba entrenado por Joan Albert Cuadrat, de quien guardamos un grandísimo recuerdo. El partido tenía pinta de igualado ante las individualidades que cada equipo presentaba, pues, aparte de nuestras chicas, el Hondarribia de Irún cuenta este año entre sus filas con la intenacional Laura Nicholls y con la aragonesa María Revuelto, que no pudieron jugar, y con la Ex-Mann Filter Helen Luz, una auténtica ametralladora desde el seis veinticinco. El partido no defraudó. Tras un primer cuarto en el que el Mann Filter comenzó muy enchufado para luego casi perder toda la ventaja acumlada, el segundo y tercer cuarto fue más disputado, regular e igualado entre ambas escuadras. La igualdad fue tanta que, pese a las victorias parciales de Hondarribia en ambos, la diferencia no superaba los cuatro puntos con los que Man Filter acabó de ventaja el primero. Ante la naturaleza interesante y ajustada del encuentro, el acto final del partido, el cuarto cuarto, se prestaba harto interesante y emociante. Por fortuna para nuestros intereses, éste no defraudó y Mann Filter volvió a salir muy enchufado y concentrado y gracias a ello consiguió una ventaja de doce puntos a base de meter todo y una gran defensa que logró recuperar varios balones. A mitad de cuarto el partido estaba finiquitado. El Hondarribia lo intentó, pero Mann Filter, pese a complicarse algo la vida en el último minuto, resistió y simplemente permitió que las irundarras maquillaran el marcador final, de forma que perdieron de seis en lugar de diez. A destacar la afición de Mann Filter, que parece vuelve a engancharse de nuevo a este equipo. Da mucha alegría ver el pabellón a tres cuartos de entrada para animar a unas chicas que tienen que seguir trabajando todos los días y que tienen espíritu de superación y sacrificio, valores que no tienen otros deportistas profesionales masculinos que salen en las televisiones y los medios. Un diez a la afición, especialmente a la Fiebre Amarilla, pues los partidos no serían igual sin su constante apoyo.
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