sábado, 30 de enero de 2010

Prejubilaciones en la Universidad de Zaragoza y casposa versión de Heraldo de Aragón

Hola a todos. Pido disculpas por tardar tanto en actualizar el blog, pero estos me ha sido materialmente imposible debido a mi apretada agenda laboral, la cual, al menos, me está deparando grandes noticias, tanto en la investigación como en la docencia salvando algún aspecto que no me ha gustado nada. Esta alusión a la docencia me sirve para dar entrada al tema del que voy a hablar: las prejubilaciones en la universidad de Zaragoza. Actualmente, el rectorado dirigido por Manuel López tiene como una de sus metas reducir los gastos y rejuvenecer la plantilla del profesorado de la universidad, lo cual se traduce en una palabra: prejubilación. Actualmente, y mientras los planes del gobierno de alargar la edad de jubilación a los 67 años, en la universidad de Zaragoza los profesores se jubilan obligatoriamente a los setenta años, aunque pueden jubilarse con anterioridad si así lo desean cumpliendo una serie de requisitos. Cuando un profesor universitario se jubila en la universidad de Zaragoza, puede adquirir la condición de profesor emérito, lo que le supone un complemento que le paga la universidad de Zaragoza, el cual complementa la pensión que recibe del Estado en función de su base de cotización, la cual es muy alta y sobre un sueldo base superior a los 2000 € más los complementos. Aparte, si quiere y el departamento lo considera oportuno, puede impartir algunas horas de docencia, aproximadamente un tercio de la jornada laboral de un profesor a tiempo completo. Sin embargo, la DGA no permite que los profesores eméritos dirijan grupos de investigación de los que eran Investigadores Principales. Dicho esto, la universidad se ha sacado un plan por el que permite a los profesores mayores de 60 años y con 30 de docencia prejubilarse con la condición de emérito, perdiendo la misma a los 70 años cuando se han de jubilar. Además, se les reduce la jornada docente a un tercio con carácter voluntario y se le permite continuar dirigiendo los grupos de investigación. Muchos profesores se van a acoger a este plan. Esto supone un agravio comparativo respecto de los profesores que se han jubilado por el procedimiento normal viendo reducidos sus derechos de manera importante. Sin embargo, los profesores que se prejubilan no sólo van a seguir estando en la universidad y cobrando el mismo dinero o más que antes, sino que encima van a trabajar menos. Menos trabajo, igual o más dinero, pero claro a costa del Estado a través del Inem. En primer lugar, me gustaría decir que la gran lacra de nuestra economía no son las crisis cíclicas del capitalismo y sus recetas siempre derechizantes para salvarlas, sino la gran lacra de las prejubilaciones de gente que aún puede seguir produciendo y que cobran grandes sueldos a costa del Estado y no de las empresas que los largan a la calle pudiendo aún seguir trabajando. Gracias a esta lacra que se sigue perpetuando, se va a alargar la edad legal de jubilación a los 67 años y dudo mucho que se corte con el grifo de las prejubilaciones. La edad real de jubilación debía ser bien los 60 bien los 65, pero no antes como se sigue produciendo. Esto por un lado. La otra cuestión a la que me querría referir, volviendo otra vez a las prejubilaciones de la universidad de Zaragoza, es la versión que el domingo pasado dio Heraldo de Aragón sobre el asunto, centrada fundamentalmente en la facultad de Filosofía y Letras, la misma en la que he estudiado y en la actualidad trabajo intentando enseñar y formar a los alumnos que se matriculan en las carreras de historia y de biblioteconomía. Según Heraldo de Aragón, la universidad va a prescindir de los mejores valores de la Generación del 68, aquella que colapsó Francia y que supuso una renovación o una ruptura cultural, de forma que los profesores que se jubilan son los representantes españoles de aquel movimiento. Además, se lamenta de que se prescinda de unos buenos profesores que aún pueden seguir dando clases magistrales. Leer esto me enervó mucho, pues sí que puedo admitir esa calidad docente e intelectual en personas como Armillas, Fatás y Carlos Forcadell, que es el único de los peces gordos que no se prejubila, lo que justifica con gran sentido común. Sin embargo, muchos de los profesores que se jubilan, no entro en la cuestión de Mayo del 68, no se caracterizan precisamente ni por su gran valía intelectual, ni tampoco docente, y muchos menos humana. Muchos de esos profesores que se jubilan, en donde hay que salvar ciertas excepciones, se han caracterizado por unas clases pobres y muy tradicionales, por mostrar una falta de consideración, y de respeto en ciertos casos hacia sus alumnos, y por fomentar redes clientelares, en las que sólo se admitía a las personas que se llevaban bien con el catedrático, de forma que han fomentado valores tan ruines como hacer la pelota, dar cuchilladas por la espalda, fomentar la competitividad insana entre los alumnos y por lograr que mucha gente no tenga gran recuerdo de una institución que se supone que es eslabón de la sociedad con la tecnología y el saber. Precisamente este valor lo ensalza mucho Heraldo y ciertos miembros, pero nada más lejos de la realidad, pues la universidad es un nido de víboras en donde es difícil encontrar gente con trato humano y respetuoso y profesores que hagan de la docencia la razón de levantarse todas las mañanas, pues su principal preocupación son sus asuntos y colocar a sus redes clientelares. Eso es la universidad, precisamente lo que no ha mostrado Heraldo, mostrándose como un periódico casposo en muchos aspectos. Si la carga de la prejubilación de los profesores universitarios que van a pagar los aragoneses sirviera para sanear la universidad, quizás podría justificarse, pero lo único que vamos a conseguir es que estas personas sigan cobrando un dineral, dando menos clase y por supuesto fomentando los valores que no proceden. En conclusión, estas prejubilaciones no son buenas, al menos para mi.

4 comentarios:

Vaca Viajera dijo...

Hola

Monumental entrada; no se si eres aragonés o no pero lo pareces, al fin y al cabo lo dices todo: A LA PUTA CARA.

FELICIDADES

Defensor de Zaragoza dijo...

De acuerdo con lo que escribes.

Robertito dijo...

Hola. Me alegro Dani de que estés de acuerdo. Bueno, Vaca Viajera, mis apellidos no denotan para nada origen aragonés, sino navarro, ya que se corresponden con dos pueblos navarros (Beruete y Erdozáin). Sin embargo, pese a tener madre navarra, soy aragonés de Zaragoza y me alegra tener ese rasgo de decir las cosas claras según tu opinión.

Robertito dijo...

Hola. Me alegro Dani de que estés de acuerdo. Bueno, Vaca Viajera, mis apellidos no denotan para nada origen aragonés, sino navarro, ya que se corresponden con dos pueblos navarros (Beruete y Erdozáin). Sin embargo, pese a tener madre navarra, soy aragonés de Zaragoza y me alegra tener ese rasgo de decir las cosas claras según tu opinión.