miércoles, 4 de agosto de 2010

Maratón: historia y tributo a los héroes españoles






Hola a todos. Esta mañana, cuando estaba corriendo un circuito con una distancia de alrededor de 20 km por el Parque del Agua, estaba pensando en lo poco que damos tributo y lo poco que valoramos a los corredores de fondo, y especialmente, a los corredores de Maratón. Sin embargo, otros deportistas como los futbolistas son idolotrados hasta la saciedad por la sociedad e incluso cobras cantidades inmorales por dar patadas a un balón (no obstante yo voy a verlos....). Quizás una razón de ello sea que estamos acostumbrados a emociones cortas pero intensas que nos dejan contentos no sólo para todo el día, sino incluso para una temporadeta. Basta recordar lo que puede significar un beso, una caricia y otros eventos que suceden en el amor. El fútbol también responde a esa dinámica, ya que un partido podrá ser aburrido, pero si hay un gol y es de nuestro equipo estamos super contentos, ya que hemos experimentado esa sensación de alegría intensa y corta que dura más de un día. En el atletismo, puede suceder una cosa similar, la fama y los autógrafos se los llevan fundamentalmente los velocistas, aquellos que en un pocos segundos completan su prueba. A la evidencia me remito. Los atletas más conocidos son Carl Lewis, Marion Jones, Ben Johnson, Asafa Powell, Usain Bold o desde ahora el francés Christophe Lamaître, primer blanco en bajar de los 10 segundos. En cambio, las carreras de fondo como el 5.000, el 10.000 o el maratón no registran tanta fama. Volvemos a lo mismo, frente a unas pruebas que necesitan un mínimo de un cuarto de hora de competición, como el 5.000 o más de horas como el maratón, la de 100 dura 10" y la de 200 sobre los 20", es decir, emociones intensas pero breves. Creo que eso es injusto y que deberíamos de poner en un pedestal a los corredores de fondo. La historia del maratón tiene su origen en la batalla que se dió en la ciudad griega de dicho nombre dentro de las Guerras Médicas en la primera mitad del siglo V a.C. A través de dos fuentes griegas, pero sobre todo de una, sabemos que un soldado griego, nada más ganar la batalla corrió a Atenas a anunciar la victoria. Al instante de decir la noticia, murió fulminado. Corrió una distancia de aproximadamente 42 km. A partir de los primeros juegos Olímpicos de nuestra era, iniciados en Atenas en 1896, se volvió a retomar el Maratón, que al final se fijó en una distancia de 42,195 km. Esta prueba tiene gran mérito y para mi debiera ser la que más atenciones y agradecimiento del público tendría que tener, puesto que el corredor somete a un gran esfuerzo a su cuerpo, hasta tal punto que suele llegar en muchos casos casi sin fuerza y próximo al desmayo o bien produciéndose el desmayo nada más llegar. Como persona que ha corrido más de dos horas en algunas ocasiones, puedo decir que es un esfuerzo muy duro y si encima lo hacemos a una media de 5 minutos el km durante 42, ni te digo. Bajo mi punto de vista, los corredores de maratón merecen nuestro apoyo, nuestro aliento y nuestro ánimo, y desde luego estar mucho mejor pagados y tener un salario acorde con el esfuerzo, infinitamente mayor que el de un futbolista. Por eso, creo que debemos acordarnos no sólo de nuestros campeones, que irán en la foto, sino de todos aquellos que corren el maratón y lo concluyen o bien sólo participan aunque no puedan concluirlo. Para mi todos son héroes. Dicho esto, y estando recientes los campeonatos de Europa de atletismo, habrá que hacer una relación de nuestros campeones en las dos últimas décadas. En el europeo de Helsinki 1994 la cosa no pudo ir mejor, pues hicimos triplete. En tercer lugar quedó Alberto Juzdado, en segundo lugar Diego García, que ya no está con nosotros, y como campeón el vitoriano Martín Fiz, nuestra gran primera figura. Un año después, Martín Fiz se proclamó campeón del mundo en Gotemburgo. Un poco más y logra la triple corona, pues en los JJOO de Atlanta 1996 quedó cuarto en la prueba del maratón. Los éxitos no acaban aquí, ya que en los mundiales de Atenas 1997 logró ser subcampeón perdiendo al sprint después de haber llevado todo el peso de la carrera. El balance de Martín Fiz fue genial: un campeonato del mundo, otro de Europa y un subcampeonato mundial. El otro gran maratoniano español ha sido el soriano Abel Antón, que se proclamó campeón del mundo en Atenas 1997 y revalidó su titulo ante la afición española en los mundiales de Sevilla de 1999, en donde entro en solitario al estadio de La Cartuja. En esta década no hemos tenido corredores que hayan ganado el maraton en mundiales o Europeos, pero tenemos a Julio Rey, que quedó tercero en los europeos de 2002 y nuestro Chema Martínez, el valor más sólido del maratón español, que viene de ser subcampeón de Europa el domingo pasado. A todos ellos creo que hay que rendirles honores.

1 comentario:

Antonio Javier dijo...

Tienes razón Robertito, no se valora los corredores de fondo y medio fondo. Saludos Javier de Huelva