The Spañish Revolution: C'est l'heure de démocratiser notre pays

Hola a todos. Desde hace una semana España está algo revuelta porque ha sucedido un fenómeno del que había perdido personalmente la esperanza de que sucediera algún día en mi país, España. Sintiendo durante muchos años sana envidia de los franceses, que constantemente organizan manifestaciones y huelgas para defender sus ideas y los estudiantes se movilizan mucho, como tuve la oportunidad de comprobar en Burdeos en abril de 2006, pensaba que en España los jóvenes estaban más preocupados de criticar las cosas en la cafetería, lugar totalmente inofensivo. Adormecidos últimamente y aguantando estoicamente los incumplimientos de nuestro actual presidente del Gobierno, el Sr. Rodríguez Zapatero, y viendo como en los últimos años sale a la luz la corrupción política generada al calor del desarrollo económico basado en el abuso indiscriminado de la construcción, el pueblo español ha despertado de su letargo y por fin comienza a expresar su rechazo frente a una clase política bastante separada de la calle y de los planteamientos de los ciudadanos a los que en teoría representa. Una de las reclamaciones que más sale de este movimiento iniciado justo hace una semana es la consecución de una verdadera democracia pasando obligatoriamente por un cambio en la ley electoral y por una serie de cambios que hagan nuestro sistema más participativo y alejado de la dictadura que los medios y foros económicos de corte neoliberal ejercen sobre nuestros políticos acomodados en las instancias del poder. Yo siempre me he hecho esta reflexión y recientemente, cuando explicaba a mis alumnos de 2º de bachillerato la historia de la Restauración y la historia de la Segunda República, me planteaba que hay muchas similitudes por desgracia entre el sistema de Cánovas y el nuestro actual, sobre todo en el hecho de que nuestro sistema política ya sólo contempla el bipartidismo entre PP y PSOE en solitario o en alianza con algún partido nacionalista: PNV o CIU. Asimismo, considero que la constitución republicana de 1931 era mucho más avanzada que la actual nuestra. Además, creo sinceramente que en nuestra constitución actual no hay una verdadera separación de poderes, aquel principio que el girondino Montesquieu, a cuyo honor está dedicada la Universidad IV de Burdeos, planteaba en el Espíritu de las leyes allá por mediados del siglo XVIII. ¿Qué separación de poderes va a ver en un sistema político en el que el gobierno y el parlamento eligen a los jueces del Tribunal Constitucional y del CGPJ? ¿Qué independencia hay en un sistema en donde la iniciativa legislativa no la ejerce cotidianamente el parlamento, sino el gobierno de turno? ¿Elegimos los ciudadanos a nuestro presidente de Gobierno? Pues no, sólo elegimos los diputados que elegirán al cabeza de lista por Madrid para ser presidente del gobierno. ¿Elegimos al jefe del Estado? Como éstas, otras muchas cosas más. En función de todo esto, y viendo en los últimos años casos de corrupción y cómo las consecuencias de la crisis no se cargan sobre los causantes, sino sobre la población y los funcionarios, y cómo el Estado rescata a los banqueros para que sigan teniendo más beneficios y éstos no dan créditos para que podamos progresar y viendo cómo se desmontan progresivamente las conquistas sociales y cómo los banqueros siguen ganando fortunas escandalosas, llegué a la conclusión de que la democracia española no es más que dar una vez cada cuatro años todo tu poder a unos señores que lo utilizan en muchos de esos casos para su propio beneficio o el de su partido. Simplemente voto por respeto a mi abuelo y a aquellos republicanos que heoricamente lucharon en 1936 para que yo pueda votar y por respeto a la generación de mis padres, que en los finales del franquismo luchó por lo mismo. Llegados a este punto, me alegro mucho de que haya surgido, imitando a Islandia y a los movimientos del mundo árabe, este movimiento en España, al cual han intentado reprimir. ¡Qué lamentable que se prohiban las manifestaciones del pueblo, atentando contra la constitución, en el día de reflexión cuando en ningún momento se está pidiendo el voto para un partido concreto!! ¡Qué lamentable que la junta electoral central no le dijera nada a Mariano Rajoy, candidato a la presidencia de España el 13 de marzo de 2004, cuando salió en el día de reflexión hablando sobre las elecciones! Menos mal que Rubalcaba es un político listo y no ha desmantelado por la fuerza el movimiento. Volviendo al asunto, espero que el movimiento siga con fuerza. De momento es escaso, como se pudo comprobar ayer en Zaragoza, donde había un escaso número de indignados en la Plaza del Pilar, como veréis en las fotos, frente a los diez mil aragoneses que marcharon a Valencia a apoyar al Zaragoza para evitar bajar a Segunda División y animar a unos señores, a los que yo voy a ver todas las semanas en Zaragoza (hay que reconocerlo también), que ganan millones de euros. Poco a poco y esperemos que en lo que queda de año hasta las elecciones generales del año que viene el movimiento continúe, pues si no, no valdrá para nada. Los partidos políticos todavían no han entendido el mensaje. Espero que se den cuenta que la gente no está contenta con ellos. Vengo de votar, pues soy ciudadano que quiere la democracia y que no quiere ver dictadura y que cree que hay que mejorarla, pues soy un indignado más conforme he dejado ver. Si yo fuera político, reflexionaría y propondría una mayor democratización y tirar más del referendum, que con las nuevas tecnologías no creo que cueste tanto tiempo. Proponer listas abiertas, y así votaríamos a políticos honrados y no a honrados y corruptos en una misma lista cerrada como hoy en día. Suprimir el Senado, que gasta mucho dinero y no pinta nada. Bajar el sueldo de los políticos. Más cosas, pero esto está quedando muy largo. Por cierto, el movimiento ha valido para que la población que se abstiene sea menor. Algo es algo y la democracia gana y que vean los políticos que los indignados no somos antisistema, sino gente pacífica que queremos otra democracia más cercana, más social y sobre todo más honrada. Felicidades a todas las personas que civilizadamente han participado en este movimiento. Estoy muy contento de presenciar un inicio de revolución en mi país. Por cierto, navarros, catalanes, vascos y aragoneses podemos estar contentos de que tenemos sociedades muy plurales y con varias fuerzas representadas en nuestros parlamentos.