jueves, 26 de julio de 2012

Juegos Olímpicos de Barcelona: 20 años

Hola a todos. Parece que a todos hoy nos embarga un sentimiento de nostalgia, justo cuando van a empezar los Juegos Olímpicos de Londres, se cumplen 20 años de las Olimpiadas de Barcelona, en lo que nuestra historia siempre recordarán como el mágico y mítico año 1992, donde además de los Juegos Olímpicos, también se celebró la Expo Universal de Sevilla. Ese año fue el de Curro y Cobi, las mascotas de Sevilla y Barcelona respectivamente. Televisión Española se está volcando con este aniversario de los Juegos Olímpicos barceloneses y está emitiendo una serie de documentales muy interesantes. En vez de centrarme en todas aquellas cuestiones, prestaré mi atención en exponer mis recuerdos sobre esos Juegos Olímpicos. Antes de que empezaran, con el encendido de la antorcha, recuerdo haber visto esa misma antorcha en el Gimnasio Almozara, donde hacía Kárate. Supongo que alguno de los integrantes del profesorado sería relevista cuando el fuego olímpico transitó por Zaragoza rumbo a Barcelona. En aquel verano de 1992, yo acababa de iniciar la adolescencia, pues contaba con trece años, es decir, venía de terminar séptimo de EGB e iba a comenzar octavo de EGB y acabar el colegio en el verano de 1993. Recuerdo que el inicio de los Juegos Olímpicos me pilló de vacaciones con mis padres, mi tío Emilio y mi hermano Ricardo. Concretamente estábamos en la localidad cántabra de Santoña, en donde pudimos degustar las magníficas anchoas que preparaban los pescadores en el mismo puerto. Me acuerdo también que los inicios de los Juegos Olímpicos coincidieron con el final del Tour de Francia de 1992, en donde iba a producirse un acontecimiento por aquel entonces histórico, Miguel Induráin, con un dominio brutal en la contrarreloj, se proclamó vencendor en París por segunda vez consecutiva, siendo el primer corredor español que conseguía esa hazaña: ganar dos veces el Tour y también seguidos, algo todavía no igualado debido al doping de Contador de 2010. Pude presenciar como Induráin ganaba el sábado la crono entre Tours, donde tuve la oportunidad de estar veinte años después, y Blois, con 64 kilómetros. En cuanto al deporte, reconozco que no lo seguí mucho, no porque no me gustara el deporte, al contrario, me sigue gustando mucho, sino que tenía que jugar con mis primos y nuestros amigos de Huarte, los cuales no nombro por no olvidarme de ninguno. Eso sí, por la noche lo seguía todo lo que podía. Gracias a eso, me acuerdo de haber visto las primeras medallas de Moreno, del aragonés Zubero, de David Plaza, de Miriam Blasco, etc. Sin embargo, de las que más me acuerdo fueron la de bronce de Javier García Chico, la plata de Conchita y Arancha, el partido de España contra el Dream Team de baloncesto, en donde perdimos de forma escandalosa para desgracia de nuestros representantes aragoneses, José Ángel Arcega y Epi, y especialmente, del hockey hierba femenino, del fútbol con ese gol de Kiko en el último momento y el oro de Fermín Cacho, en el que gritaba: "oro oro oro" mientras el soriano corría en solitario y en cabeza por la recta de meta en los último cincuenta metros, justo cuando mi tía Angelines me iba a dar el bocata para cenar. Al margen del deporte, los otros grandes recuerdos que tengo de los Juegos Olímpicos de Barcelona fueron la ceremonia de clausura, el duo que formaron Matias Prats y Olga Viza, que pena que ya no estén en Televisión española, y las canciones: el dúo Caballé-Mercury, Carreras-Brighman y los Amigos para siempre de Los Manolos. La verdad es que a pasado mucho tiempo, 20 años, los suficientes para haber dejado crecido y de momento haber pasado de ser un alumno hoy de ESO a convertirme el profesor de los chavales de trece años, los mismos que yo tenía cuando Barcelona 92. Otro de los recuerdos que siempre he tenido ha sido el número de medallas: 13 oros, 7 platas y 2 bronces, algo todavía no igualado por el deporte español en unos Juegos Olímpicos. También es muy difícil.



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