Hola a todos. Hoy ha sido la decimooctava y antepenúltima etapa de la edición nonagésimo sexta del Tour de France, que tenía llegada en la ciudad girondina de Burdeos, la capital mundial del vino, al menos para mi. Personalmente me hubiese gustado mucho hacer la crónica de esta etapa desde la misma Burdeos, ciudad en la que he tenido la suerte y el orgullo de vivir durante tres estancias de investigación y en la cual siempre he estado muy bien. La etapa de hoy no tenía mucho misterio y la podíamos definir como una etapa de transición entre el fin del ciclo montañoso y la etapa decisiva de mañana, donde realmente se van a decidir las cosas importantes: el ganador del Tour y quien acompañará en Paris a Contador y Schleck. Respecto a hoy, los equipos de los sprinters se han encargado de asegurar la etapa para los velocistas y así lo han hecho, pues no han dejado que la escapada del día fructificara y a eso de unos cuatro kilómetros han neutralizado al último superviviente. El final de la etapa ha sido en el maravilloso paseo fluvial del Garona, donde antes se ubicaban los muelles (quais) del antiguo puerto comercial de Burdeos. Hoy, no existiendo puerto, la zona ha sido rehabilitada desde mediados de los noventa y se ha convertido en un magńifico paseo, el cual es una gozada como os puedo confirmar por experiencia propia. Más concretamente el final ha sido a la altura de Quinconces, la zona más noble del casco urbano bordelés. Allí, ante la mirada del río, de la Place de la Bourse y del monument aux Girondins, Mark Cavendish ha impuesto su ley y ha conseguido su cuarto triunfo en esta edición del Tour. Al margen de esto, la anécdota ha estado en la presencia de Tom Cruise y Cameron Díaz, quienes han hablado con Contador y Schleck y se han subido al podium. He llegado a la conclusión de que Cruise se echa formol, pues yo, siendo como mínimo 20 años más joven, parezco mayor que él. Volviendo al Tour, mañana será el día clave y mañana hablaremos del resultado final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario