martes, 28 de diciembre de 2010

Crónica de un Labitolosano secundario: fin de trimestre

Hola a todos. Antes de que acabe el año, haré balance de mi presencia en el Instituto Sierra de la Virgen de Illueca. Es obvio que los que me conocéis sabéis que se trata de mi primer año trabajando o teniendo destino fuera de Zaragoza, aunque también es cierto que resido en Zaragoza durante la semana y no en Illueca como alguno de mis compañeros. En estos tres meses que van desde el 2 de septiembre, fecha de la materialización de mi fichaje por el Sierra de la Virgen, hasta fines del presente año de 2010, es tiempo suficiente como para ir conociendo el centro en todos sus aspectos. Profundizando en esto, han sucedido muchas cosas, buenas y malas, que hacen que pueda trazar un balance sobre mi estancia en Illueca. Mi personalidad, especialmente el lado de luchar por lo que opino y creo, es compatible con las fricciones con las autoridades allá donde vaya, y en Illueca ya he tenido la desgraciada oportunidad de tener ya algún roce con las autoridades. Por otro lado, he tenido suerte en caer en un centro con gente joven en el que se intenta, y creo que se consigue, que haya un buen ambiente general. Así las cosas, se organizan cenas, aperitivos de fin de año, de apertura y para celebrar cumpleaños, lo que me parece muy positivo para conseguir ese buen ambiente general. No obstante, un buen ambiente general no oculta que no con todos te llevas bien. Al fin y al cabo, el instituto es un centro de trabajo, no una reunión de amigos. Como he tenido la oportunidad de comprobar en el mundo universitario, habrá gente con la que tendré que convivir educadamente sin más, otras con las que ni fu ni fa y otras con las que podré llegar a estabecer amistad. En este tiempo que llevo en Illueca, creo que ha sido bastante para saber con quien me limitaré a tener un relación correcta y educada, con quien podré hablar y ya está y con quien podré mantener vínculos una vez que abandone el centro de Illueca. En relación con el profesorado, he de destacar a tres compañeros especialmente entre todos aquellos con los que me llevo bien y que hacen que esté contento en Illueca, aunque no diré sus nombres. Uno de ellos me ha aconsejado con mucha confianza y cercanía en el momento en el que se planteó la disyuntiva de retornar a la que ha sido mi casa desde septiembre de 1997 hasta agosto de 2010, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, o consolidar el cambio realizado en septiembre de 2010. Otro de ellos me ha invitado a acompañarle en las actividades del programa Commenius en el país vecino. Finalmente, el otro compañero me ha prestado un gran apoyo y ayuda en los momentos más duros pasados en el Instituto. A ellos gracias; a los restantes, también. En relación con mis alumnos, no me puedo quejar. En líneas generales estoy muy contento con ellos y creo que tampoco están muy hartos de mi, por lo que también estoy contento. Tengo dos segmentos muy distintos. En primer lugar, hablaré de los yogurines, los alumnos de primer ciclo de la ESO que están en los antiguos 7 y 8º de EGB. En líneas generales son los que más alborotan, pero también es normal, ya que están iniciando ese momento de transición entre la primaria y la responsabilidad de los estudios. Estoy contento con ellos porque, salvando los momentos de chiquillerías, con los que debemos de transigir hasta cierto punto, pues nosotros también las hacíamos a su edad, trabajan en la medida de sus posibilidades, puesto que debo exceptuar a los que no quieren aprobar o aprobar sin trabajar. El otro segmento son los alumnos de 2º de Bachillerato, aquellos quienes el año que viene serán los yogurines universitarios. Aquí se nota la edad y el interés por aprender, lo cual se agradece aunque a veces hablen demasiado. Mi objetivo es exigir, pero también enseñarles lo mejor que pueda. Son en general unos chicos muy sinceros y transparentes, lo cual congenia muy bien con muy carácter. Finalmente, haré alusión a mi marcha quinielística, en donde últimamente he tenido algún que otro pinchazo y ya me han alcanzado en cuanto a número de partidos ganados. No obstante, sigo conservando el liderato gracias a que dos de mis partidos ganados han sido cobrando 11 y 12, de forma que aún disfruto de un colchón de un partido de distancia. Bien, me imagino que seguiré informando en sucesivas fechas. De todas formas, he de decir que el cambio es positivo y estoy contento de enseñar la historia y la geografía de mi país y de mi planeta, algo que me gustaba más que la opción de poder dar en un futuro asignaturas como archivística, diplomática, etc.... En un principio, cambio positivo en todos los aspectos.

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