Hacía veinte años que no estaba en las fiestas de Letux, el pueblo de mi padre que se ubica en las cercanías de Belchite y de la presa romana de Almonacid de la Cuba. Que lejano queda aquel 1988, cuando con nueve años disfruté mogollón de todos los días de las fiestas con mi hermano y mis primos. Me acuerdo que íbamos a todo, incluyendo los toros y los caballos, con los que nos quemábamos un poco, pues le pitábamos con los puros sonoros que comprábamos en Las Catalinas. En estos veinte años han cambiado muchas cosas. Ya no hay vaquillas en plaza, sólo en la cale, ya no hay concurso hípico, se ha sacado en una fecha fuera de las fiestas y ya no hay tantas tiendas para comprar chucherías. No obstante, siguen estando las ferias de atracción de los gitanos, el baile en pabellón con pago de entrada, la comida popular de migas, sardinas y vaca, la sangría y la visita a las peñas a churrar cerveza. También, como no, el acto de coronación de Reinas de las Fiestas, cuyo vídeo y baile inaugural podréis observar en otra entrada, pues ocupa mucho espacio y hoy no tengo tiempo para que se cargue por completo. En líneas generales me lo he pasado bien, salvo algún momento de indisposición, e incluso he comprobado que la gente de mi generación aún se acordaba de mí tras tantos años de ausencias continuadas. Creo que el año que viene repetiré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario